Cuando queda un día para que acabe el año, toca mirar atrás
y hacer recuento. Empezó no demasiado bien para mí , pendiente como estaba de ese corazón de
atleta que tiene mi hijo ,tan grande como él. Los resultados cardiológicos
resultaron tranquilizadores y ese corazón que no le cabe en el pecho es compatible con
sus esfuerzos deportivos. Luego llegó en Febrero la noticia de la muerte de Marisol,
que fue durante mi niñez algo parecido a
una hermana mayor, a quien imitar y a quien seguir sus pasos. Mi madre
trabajaba para la suya y yo acostumbraba a dormir en su casa y observar cada
detalle cada palabra para hacerla mía, unas veces para bien y otras para mejor. Un
buen día dejamos de saber de ellas, volviendo a tener noticias para enterarnos de su
muerte repentina.
A partir de esa noticia todo lo que ocurrió a mi alrededor
fue positivo, me desprendí de las cosas que me restaban impidiéndome crecer y al
final conseguí ser fiel a mí misma. Cumplí el sueño de publicar junto a
Gracia nuestro libro, que me ha permitido
vivir cosas maravillosas, viajé a
Sevilla , me reencontré paseando por sus estrechas calles compartiendo en
silencio su aroma y mi deseo de vivir.
Ya sólo el viaje hubiera merecido el año, pero aún me
quedaban nuevas alegrías con la presentación del libro que os he ido contando y todo lo vivido gracias a él.
Estoy satisfecha del 2015 porque me ha permitido enmendar
errores, desterrar para siempre falsas amistades y darme cuenta de la grandeza
de la verdadera amistad en el reencuentro con el pasado, he sido feliz
descubriendo que el pasado es siempre presente y que el paso de los años lo mantiene intacto. Desde el
instante que decidí dejar de perdonar me
he sentido valorada en todos los ámbitos de mi vida.
Sin olvidar mi pequeña incursión en la política municipal que también ha sido una experiencia emocionante.
Todo eso incide en mi seguridad y en mi aspecto físico , que aunque este año he hecho 52 años, me siento plenamente bella y no por fuera sino por dentro, amo mi pelo plateado ,las arruguillas que van apareciendo en mi cara ,incluso alguna manchita en mi piel ,no cambiaría este año por ninguno de los que he vivido hasta ahora, eso que ha habido algunos maravillosos.
Sin olvidar mi pequeña incursión en la política municipal que también ha sido una experiencia emocionante.
Todo eso incide en mi seguridad y en mi aspecto físico , que aunque este año he hecho 52 años, me siento plenamente bella y no por fuera sino por dentro, amo mi pelo plateado ,las arruguillas que van apareciendo en mi cara ,incluso alguna manchita en mi piel ,no cambiaría este año por ninguno de los que he vivido hasta ahora, eso que ha habido algunos maravillosos.
Con sabor dulce le digo adiós y como diría Da Vinci un año bien vivido da alegría
al despedirlo. No quiero pensar en los nubarrones y pruebas que me traerá el 2016, cuando
llegue el momento lo afrontare con positividad y esperanza luchando porque sea así, estando segura que os encontrare apoyándome
como siempre.
Pues he aceptado que esto es la VIDA.