Las nanas con sus versos cortos y ritmos suaves son el vinculo que nos une melódicamente a nuestras
madres. Cuando nacemos se produce el primer y necesario alejamiento de nuestra
madre, eso nos crea vacío y miedo, pero... allí aparecen sus pechos que buscamos
con desasosiego y ansiedad. Su olor nos calma y acompañara toda la vida, es
algo no táctil , no tangible que depende de nosotros mismos y de ella( la madre),
cada uno de nosotros tenemos nuestra propia percepción,el olor a madre es único
y sin embargo diferente.
Yo creé mis propias nanas para mis hijos.
De todas las que conozco hay una
cantada por Xabier Lete, que siempre me pareció preciosa “seaska kanta”;habla del increíble amor que se
trasmite a través del pecho .
El pecho de la madre es alimento para el niño, el
llanto del niño es siempre conmovedor ;en medio de esa huerta yo estoy
hambriento de tus dulces pechos ,ansioso y sediento….
Esos pechos tierno cobijo que nos duermen y enloquecen en busca de alimento.
En algunas personas objeto de deseo, fascinación y una peregrinación que les guia toda la vida.
Y un día ELLA se va y volvemos a sentir ese vacío , ese
miedo ,y añoramos su nana ,su olor, sus pechos. Nos queda el consuelo de haber
asistido a su cuidado como ella nos cuidó, de haberle podido devolver aquellas
noches de insomnio, un poco de ese gran y desinteresado amor. Y cuando el pecho
se desgarra por su partida , ELLA vuelve a surgir e en nuestra mente y nos
vuelve a cantar:
...cállate niño,no llores porque el mundo
no necesita lágrimas.
Cuando crezcas verás
cuanto valor tiene guardar silencio;
sigue tu camino, es mejor así,
por encima de todas las cosas
igual que el viento
Y entendemos que ella terminó su cometido y que debía partir.
Para mis amigos Paco, Rosa y Adelaida que han perdido a sus madres esta
semana.