El vocablo resiliencia proviene del latín, del término resilio, que significa volver atrás, volver de un salto, rebotar.
Es la resistencia frente a las adversidades y la capacidad de mantenerse entero cuando se es sometido a grandes exigencias y presiones la capacidad de sortear las dificultades y reconstruirse cada día.
Nació Pepita en Galicia, donde las mujeres soportaban sobre sus espaldas la dureza de la tierra y de ella debió mamar la fortaleza que la ha acompañado toda su vida.
Joven emigró en busca de un futuro lejos de la dureza en el campo gallego .
Joven también se casó y pronto supo de lo ingrato de la vida, cuando tuvo que enfrentarse sola a la muerte de su bebe de meses y a la decisión de trasportar su cuerpecito muerto envuelto en una manta, allí sola en el autobús con aquel hijo muerto sobre su regazo,los 70 km que separaban el hospital de su casa debieron ser interminables. Eran tiempos llenos de carencias económicas y otra opción hubiera sido abandonarlo allí y el hospital se hiciera cargo de él.
Ella parió 5 mujeres más y un varón,y su vida fue sortear las dificultades de dar de comer a 6 hijos y dos sobrinos que quedaron a su cargo por aquello de la inmigración .Todo ello unido a un matrimonio desgraciado donde hubo de todo y del que no pudo zafarse a pesar de intentarlo, por los convencionalismos familiares de la época.
Cómo si una maldición reinara sobre sus varones, aun debió sufrir la perdida en un accidente de su único hijo varón. Y años más tarde también la carretera la libero de un matrimonio cuando los años habían suavizado la situación.
Las desgracias continuaron y se enfrentó de nuevo a que la carretera le privara de un yerno cuando éste aun no había cumplido los treinta.
Y a penas hace un año otro varón de su familia, otro yerno quedó tras una embolia cerebral postrado en una silla de ruedas.
Si habláis con Pepita, nada en su conversación delatara lo que su corazón guarda, su voz espaciada y suave ,la sonrisa leve de su rostro lleno de tranquilidad , las palabras que de su boca salen suenan a comprensión, sin un solo reproche ni resentimiento sobre lo que la vida le ha deparado.
Como si una Bernarda Alba liberada y moderna se tratara cobija sobre su techo a sus 5 hijas, cuando éstas la necesitan.
PEPITA ESA GRAN MUJER
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2 comentarios:
Si una madre publicara los secretos que ha guardado se volverian santos los hijos al escucharla, un beso para pepita... y te guardare la mejor carne para la empanada!
Pues vas a tener razon jajjajaj algunos hijos los hacen buenos sus madres
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