Poner una pica en Flandes
Ya queda menos para que se haga realidad y pongamos una pica en Flandes. Y no es que la tarea haya sido algo complicado, solo se trata de ganas, tiempo y dinero , aunque este último no en demasía. Probablemente nos costara menos poner la pica en Flandes ,que a los soldados del siglo XVII.
Hoy como entonces la penuria económica domina el país, aunque el pueblo abotargado sigue inmovilizado bajo el paraguas del dinero negro y al amparo de la economía sumergida y la ayuda solidaria de la familia. Y de tantas otras cosas.
Ya no se reclutan soldados para combatir y sujetar a los territorios insurgentes ,libremente cruzamos los cielos, atravesamos las Galias otrora enemigas, bien para encontrar mejor sustento, sentarnos en sillones de Bruselas ,donde echar buenas siestas o como simples andarinas del mundo recorrer los países bajos y visitar la colorida Holanda.
El día 27 un avión nos llevara a una Holanda desconocida, con un idioma ilegible con el equipaje ligero y un par de zapatos por si llueve. Pero seguro que salimos victoriosas de nuestros paseos por los canales, nuestro encuentro en el barrio rojo y el descubrimiento de la bella Brujas. Ya contare nuestras andanzas ,fiel a mi espíritu viajero ya voy metiendo en mi maletita, ropa vieja de la que ir desprendiéndome en el camino. Dejando una muda decente por aquello de “por si pasa algo
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