A las 8 con el sueño
entre los ojos esperas el amanecer, tus quehaceres diarios son ya una rutina. Todos los días y lo mismo
todos los días. Algo altera el risueño rubor de tu rostro, una sombra de ira y
una sonrisa burlona aparece en él.
Aparece un ¿ Cómo estas?, un te recuerdo, un feliz año, un
no te olvido, un no me importa y un te extraño, un no te miro y un mírame .Asoma
un brillo en tu rostro ,¿sorpresa? Ya no,hubo una primera vez que te
desconcertó, que hizo cimbrear tu fortaleza desde la punta de tus pies, luego
llegaron las otras, unas veces risa, otras rabia, otras impulsos de respuesta, otras
veces de indiferencia. Fuiste asesorada
y contenida.
Te imaginas ,te preguntas y respondes.
Siempre el día anterior es necesario que ella partiera en tu
busca, saliste de una memoria que se resiste al olvido, un corazón que piensa y
unas manos obedientes, como lejanos y desconocidos mensajes en la madrugadas pasadas.
Ya no son fantasmas sobre tu coche, llegan en cajas repletas
( ellas solitarias), ansiosas de ser
recibidas por otras manos que trabajan apresuradas ,como ecos de un deseo
pasado, doloridas quizás. Mal presagio para el olvido.
Se acumulan en un rincón sobres con membrete