Desde que alguien me habló de ésta ciudad medieval y tenia ganas de conocerla. Por más que busqué compañeros de viaje ello no fue posible hasta que apareció ( la llamare,Teodosia),ella necesitaba practicar su francés para incorporarse como docente en una cátedra francesa y yo me moría de ganas por conocer la ciudad.
Como siempre antes de mis viajes debimos afrontar un incidente, esta vez percance familiar, una bicicleta y operación de tibia y peroné estuvieron apunto de hacernos anular nuestro viaje.
Yo siempre confío en realizarlos y así fue. Teo se desplazó a mi casa el día antes y de allí partimos cargadas de comida y bolsas ,hicimos un viaje muy tranquilo por toda la Provenza francesa, parándonos almorzar en una vía de servicio ,con todas las viandas que portábamos.
Media hora antes de la llegada llamamos a Isabelle para que nos estuviese esperando en un parking a la entrada de la ciudad,puesto que no se puede circular por ella.
isabelle es una risueña señora francesa que habla perfectamente el español,pero a la cual pedimos se dirigiera a nosotras en francés.
Nos esperaba con un coche de gof para llevarnos al corazón de la Cite ,la entrada fue maravillosa por los recovecos de la ciudad,Isabelle iba pitando saludando para abrirnos paso.
El apartamento tras subir unas escalinatas repentinas y cansinas se hallaba en el segundo piso,una monería donde no faltaba de nada, desde mantequilla, café,mermelada,leche té etcsobrio pero relajante con vistas a un pozo de los deseos.Las dueñas nos obsequiaron con un espumoso rosado.
Salimos a recorrer la ciudad y sacar todo tipo de fotos al atardecer,es un sitio delicioso y entrañable fácil de visitar.
Es un lugar muy romático,restaurada por el amante del neogotico Eugéne Viollet -le-Duc en el siglo XIX y patrimonio de la humanidad de la Unesco,pasear por sus Lizas(espacio entre las dos murallas,es un relajante viaje al pasado donde los guerreros se preparaban para la guerra.Sus cuatro puertas te haran soñar con un lugar donde se encuentra tu caballero andante.
Desde el castillo se pueden ver panorámicas increibles .La basilica de Saint Nazaret,dentro del mismo estilo y con unas maravillosas vidrieras y rosetón,hace al más incrédulo depositar votos de amor allí.
No podíamos irnos sin comer la famosa cassoulet,algo así como nuestro cocido montañés,no apto para melindrosos.
Salimos rumbo a Tolousse ,donde paramos para ver la basilica de St Etienne y hacer compras en un mercado de antiguedades,yo vine cargada con 8 sabanas de lienzo del siglo XIX , y aun batallo con ellas para darles doma.
Tranquilamente regresamos a España con el sol de cara,como siempre que viajo a esa zona de Francia,con un atardecer que nos va guiando en nuestra vuelta a casa.
a bientôt j'espère au retour
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