Me enseñaron amar el Quijote, y en muchos momentos de mi
vida busco el reflejo en Alonso Quijano
Igual que él mi locura viene de la lectura, de niña devoré hagiografías, romances moriscos, libros de princesas, de valientes salvadores
de la patria (en aquellos instantes que merecía ser salvada); todo ello menguó
mi capacidad de separar lo real de lo imaginario.
Todos aquellos ideales se que son imposible de alcanzar mi desvío
emocional no logra separarme de la línea
de la realidad ; pero que le voy hacer si viven dentro de mí y no puedo
desgajarlos de mi forma de ser.
Sigo adelante con mi ilusión infantil en un universo lleno de
sueños. Mis noches se llenan de medias lunas, de mezquitas, alcazabas y
grandiosas residencias de seres adorados por amores sublimes. Me transformo en
hada, reina, bruja y a veces hasta consigo ser hechicera.
Cuando despierto apaleada de realidad maldigo y reniego de la razón que asesina pasiones e ilusiones.Decia Cervantes«a nuestro aventurero todo cuando pensaba,veia o imaginaba le parecía ser hechoy pasar al modo de lo leido».
Así mi mundo irreal de la noche es el lugar donde puedo y quiero existir,donde soy real.Cada ensoñación es un renacer constante donde soy única dueña de mi destino.
No hay noche más feliz que cuando una canción un detalle hace renacer en mí la ilusión que me remueve y llena de esperanzas,adentrandome desnuda en un mundo diferente donde puedo alcanzar mis sueños,aunque como Quijote sea la única que habite en ellos.
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