lunes, 4 de abril de 2016

La virgen de Arrate y el paño de la Pura




Esta mañana acompañé a mi madre y su amiga Felisa a ver a la Virgen de Arrate y me conmueve la fe de estas mujeres vascas, de esas que pasaron los setenta y a las que aprendí a respetar siendo niña, de la misma manera que ellas respetaban aquella horda de inmigrantes que a partir de los 50 comenzaron a llegar al país vasco.
Una de aquellas grandes mujeres (no solo por su considerable altura) es Felisa ,una nueva amiga de mi madre y según ella se auto domina, fan de la Virgen de Arrate. Diferente este concepto simplista de las devotas de otras latitudes y es que en su concepción mariana, no adoran al ídolo, lo respetan como amiga, cogen su fuerza de esa fe cercana que desde niña mamaron de sus ancestros.
Mi madre el día 11 se enfrenta a una dura prueba y quiso antes dejar su presente a esa Virgen, allí se encontró con su obra de arte ,con ese paño de hilo y ganchillo sobre el que descansa la Ama, hecho con todo su amor, con ese paño bueno e hilo de calidad según recogen las entendidas.La virgen de Arrate  humana y recogida , sin adornos ni oropeles, aunque flanqueada por dos grandes obras del gran pintor Zuloaga y desde hace meses descansa sobre un paño de hilo y ganchillo de mi madre (ella no sabe que ocupa espacio junto a uno de los grandes pintores de España).Y es que como bien recoge su denominación en euskera, Arrateko ama ,es una madre amorosa ,no alguien a quien adorar.La Pura tendrá el privilegio que el día 10 una vela cercana la iluminara pidiendo su protección,la luz como símbolo de vida .
Allí nos encontramos con Tere que cuida la iglesia y la pone bonita, aprovechando las flores de los entierros para hacer bonitos centros, como en casa dice ella, hay que gastar poco. De nuevo me encuentro ante ese tipo de mujeres que desde el silencio escuchan, agarrando por el brazo trasmitiendo fuerza y cercanía, son mujeres que no aceptan mimos porque en la vida hay cosas peores y entienden que la vida es un camino a veces largo, no dan consejos, ni palabras huecas de consuelo, escuchan y asienten acompañando y no hablan de devociones, de fe ciega, ellas son fans de lo que para ellas es una amiga.

Prometimos volver cuando todo pase.

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