Pusimos la Pica en Flandes

Llegamos a Schiphol en Amsterdam después de dos horas de avión. Tras un contacto con el idioma y ver que no entenderíamos nada pero ni falta que hacía, nos dedicamos a encontrar una oficina de Turísmo ,tras vueltas y vueltas y por fin entender que debíamos salir del aeropuerto ,dimos con ella. La señora que nos atendió con aspecto antillano nos vendió una tarjeta I am Amsterdan para dos días y nos informó que la manera más rápida y económica era coger el bus 197,en la parada B11 ,nos dejaría en la misma esquina de nuestro hotel THE POET en la Museumplein (plaza de los museos).
 Dejamos las cosas en el hotel y asaltamos la ciudad , nada mejor para ello que una buena hamburguesa en un chiringuito. Pasito a paso durante toda la tarde fuimos conociéndola, cogimos la senda de los canales, hasta llegar a la estación central en el vértice del mapa. 
Atravesamos la plaza Dam disfrutando del palacio real, el monolito central y saboreando los olores y colores de la ciudad, buscamos desesperadas el barrio rojo ,y dos horas más tarde lo encontramos ,( lo que es no conocer la ciudad ,desde la estación central hubiéramos tardado 5 minutos). Ya con los pies a punto de mordernos, tomamos el tranvía número 2 para volver al hotel ,pasando antes por un supermercado donde compramos la cena. Nos sorprendió que los precios no eran muy caros, claro que nosotras vivimos en la zona más cara de España.

 Al día siguiente nos esperaba un largo viaje a Brujas ,Bruge ( para ellos )y tras 3 horas llegamos, es una ciudad estéticamente agradable, pero la encontré falta de alma, parecía un escenario de cartón piedra donde los comerciantes asomaban al amanecer para poblarla. Me llamó la atención las esquelas ,son enormes con las letras grandes y llena de datos del fallecido . Renunciamos al paseo de media hora en barca, por saborear unos gofres belgas ,llenos de nata y chocolate. Tras la merendola retornamos a Amsterdam donde llegamos a las 9.Como era tarde para ir al hotel compramos unos kebab y bebida y nos fuimos a cenar colgando nuestras piernas a la del canal. Nuestro paseo por el barrio Rojo no fue agradable, es un sitio seguro pero 4 mujeres no podíamos disfrutar del espectáculo de prostitutas en vitrinas como muñecas , niñas que podían ser nuestras hijas exhibidas como mercancías y hacer de ello un negocio propio y nacional pagan impuestos y atraen turistas (caray con los luteranos y hablaban de las orgias de Roma) El sitio ,bullicioso y divertido para nosotras era una película en la cual no queríamos participar ,asique nos dimos la vuelta y para el hotel . 
 Nos quedaban 2 días de disfrutar y conocer los museos como el Rijksmuseum,el museo Van Gogh,el de Diamantes ,la casa de Ana Frank, conocer sus iglesias ,sinagogas. Disfrutar cenando en Leidsplein en los restaurantes argentinos ,pasear junto a los canales, hacer un paseo en barca de hora y cuarto y acercarnos al mar Del Norte, comprar queso y bombones en el mercado de las Flores. Ir a un caffee shop ejem ejem ,esa es otra historia. 
 Todo ello aderezado por bandadas de bicicletas cruzando por delante y por detrás ,por arriba y por abajo ,más y más bicicletas y nosotras locas sin saber por dónde andar ,en una ciudad donde el privilegio es suyo. Si estuvieran en España pagábamos la deuda alemana con las multas que iban a poner nuestros agentes. 
 Concluyendo Amsterdam es una ciudad preciosa para visitar y tal vez vivir , pero un día más en ella y vuelvo con BICIFOBIA