He encontrado en un blog : Socrates 1860, ésta disertación sobre este entrañable tema.
Un día cualquiera nos topamos con esa arma de los viejos guerreros románticos, que se guarece entre las sombras de los recuerdos gratos y nos destruye el presente con sus mágicas letras que nos hacen viajeros hacia el lejano tiempo atrás, a un querer que nos adormece el hoy con los recuerdos de lo que no se puede contar,
“...secretos que por serlo son callados”.
Partituras del recuerdo salidas de "...la cárcel de un libro ..." que asoman como furtivas sombras para jugar con la eterna memoria haciéndola delirar en la penumbra del hoy con lo que fue...y no volverá
"...tan deliciosamente breve
y a pesar de lejano, tan querido ."
Apasionante diría que no, esplendorosa; no cabe el término.
Descarto todo de mi mente y sólo me queda el silencio como respuesta para no robarle nada a esto. socrates
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