domingo, 13 de noviembre de 2016

New York , Tom Hanks y la promesa




"Una promesa es una promesa”. Decía  la madre de Forrest Gump , y eso enseñe yo al mío ,con nuestro viaje a New York. Y no era consciente de lo importante que era en mi vida Tom Hanks hasta que comenzó nuestro viaje ,de Diego y una amiga que quiso acompañarnos.

 Por temas laborales míos elegimos la segunda quincena de septiembre. Una semana antes hubo un atentado en N York en la calle 23 ,a escasos 300 m de mi hotel, la cosa no comenzaba bien y unido a mi miedo a pasar tantas horas en un avión me hacían dudar de haber elegido un buen destino.  
Tras un vuelo sin problemas, entramos en el país y llegamos al aeropuerto internacional John F. Kennedy ,un aeropuerto muy bien organizado  y delimitado, pero al pasar aduana me retuvieron en una oficina aparte y comenzó mi afinidad con T.Hanks  en “la terminal” recordé la película y entendí como se sentía el protagonista, el motivo mi nombre y apellido, demasiadas Marías en España e Hispanoamérica, inútil fue decir que mi nombre no era ese sino M del Mar, nos tocò a las marías  a los Rodriguez ,y mas ez que acuñaba en el mismo lote. Allí perdí una hora de mi valioso tiempo ,no contaba con la cumbre mundial de la ONU y que habían decido acompañarme en mi visita neoyorquina todos los mandatarios del mundo incluido el rey.
Después de llegar al hotel de nombre rarísimo cerca de la 5 avenida y convencer al de recepción que yo debía dormir allí , salimos a vivir la calle, nuestro primer encuentro fue con el maravilloso Flatiron de Spiderman y la calle rebosante de gente y de olores a comida, luego nos subimos al Empire State , yo deseosa de encontrarme con Ton Hanks allí de la película algo que recordar.
No hubo tan feliz encuentro pero si las maravillosas vistas del York iluminado, nos contaron que hay un convenio con el ayuntamiento para que todos los edificios estén iluminados hasta las 12 de la noche,asi pueden verse torres de de oficinas vacias ,llenas  de luz
Avanzamos hacia Times Square cenando un halal con sabor a brasa en la calle, cansados y agotados volvimos al hotel en una bicicleta humana.
Los días siguientes fueron frenéticos de pisar las calles y sentirme especialmente en el escenario de tantas películas , mi hijo no conocía ninguna, por supuesto.
De New York me traje la sensación de que las películas policiacas son mentira, no hay tanto crimen en la ciudad de hecho me parece mucho más segura que Madrid, dicen que Giulliani tiene mucho que v r con su  Tolerancia cero, quien delinque cárcel o multa y nadie quieren correr riesgos, también me llamó la atención la estructuración de títulos y salarios, entendí que es la ciudad o el país de hacerse uno mismo, porque el esfuerzo siempre sale recompensado, me sentí un poco conservadora pero… acostumbrada a ver a mi alrededor gente que privilegiada por un sueldo vitalicio dejan a sus compañeros con el montante de todo el trabajo ,con la excusa de unos derechos laborales adquiridos por una más que dudosa oposición, me sentí identificada con la idea de si trabajas cobras, sè que estamos mucho mejor en cuanto a derechos sociales que ellos, pero no estaría de más un modelo intermedio.
Me pareció una ciudad acogedora, especialmente me sentí bien al bajar en un restop camino de Washington y ver como todo el mundo hablaba castellano, delicioso.
En la piscina reflectante del memorial a Lincoln me sentí un poco Jenny y otra vez espere encontrarme con Tom Hank, pero no fue posible, mi Forrest no apareció cruzando la piscina para encontrarme snif snif. Seguí buscando a Tom en los lugares de tienes un email.


Hay tanto de que hablar de... Otoño en New York.

No hay comentarios: