sábado, 19 de diciembre de 2020

Cuentos en la mezquita

 El Califa y su Reina

Me acerco a ti por detrás, estas ahí sentada, oculta entre las sombras, notas mi presencia, sabes que me acerco cada vez más, pero sigues ignorándome, como si no estuviera, ¿es que no sientes mi aliento en tu cuello?

Reina, vamos a volar.

 Habibi deja que te cante lo maravilloso que es mi mundo cuando tu estas en él.

Apretare otra vez tu espalda contra mi pecho y te rodeare con mis brazos, mientras va cayendo la luz, nos balanceamos lentamente al compás de la música de la mezquita, déjate el pelo suelto, que así es como más me gusta verte; aunque sea un instante cariño, justo cuando nuestros ojos crucen la mirada, después te lo recogeré yo.

 He puesto en una vieja pinza flores de nuestro jardín, son pétalos de cada una de ellas. ven, acércate más, mírame, observa lo que te digo sin hablar, porque tú haces que hable sin mover los labios, solo los moveré para besarte.

Te recorro entera mientras mis brazos y manos te aprietan cada vez más a mí, nos separamos apenas un milímetro para recordarnos cuanto nos amamos. Mi mano derecha en tus labios, me la besas sin parar, pero despacio, con esa locura que solo tú sabes cuál es, Deja brotar, amor mío, en tus labios el beso que pretendo, ya no suena nada, pero las campanas siguen ahí nos empapa la noche de sudor, el tuyo y el mío.

 Tomo tu mano y mirándonos con complicidad, te cojo en brazos y reclino en la mullida alfombra hecha por las hojas de naranjos, mientras tu lengua juega en mi pecho, te acaricio el pelo, lo arrancaría, pero temo hacerte daño cariño. No paran los besos y el deseo, las campanas suenan cada vez más fuerte, creo que son nuestros corazones en realidad, que se adentran en las aguas del Guadalquivir.

Karima, con nadie oirás campanas aunque repiquen cristianas_ diosssss ¡ay dios!, como decirte cuanto te busque y busque, al final te encontré ¡ay ¡es que siento una hoguera en mi interior cuando tu estas que no habrá nunca viento ni agua que la apaguen si supieras cuanto disfruto, mi alma y mi corazón ríen de alegría ahora ¡ay la vida, la vida!

- yo te llevare de mi mano y te soltare cuando tú quieras

 - pero es que no querré que me sueltes nunca, por ventura del destino deberé tomar la de otra, pero la tuya ya la tengo ahí, siempre estará aferrada a la mía, la apretare en mis momentos de dudas y tristezas que seguro los tendré y es que siempre serás mi medicina y mi apoyo en todo momento, yo quiero ser también el tuyo

- así lo seremos vida

 

 Karima partió a su destino


Cuando abro mi alfeizar en la mañana al nuevo día, miro hacia el cielo y veo que nuestro amor creció tanto durante la noche... nunca nadie ni nada, nos podrá quitar al menos su recuerdo.

¡Ay si supieras¡ que para dormir recorro tus brazos, de tu boca bebo, y en mis sueños de ti me alimento. Quiero beber tu amor y poder amarte y llorar de placer.

Además, cada vez que oigo campanas pienso que es por nosotros ¡ay mi vida, cuando oigo campanas! Es la llamada de Alah,,que en el fondo quizás sufra con nosotros.

 Los que sienten la soledad momentáneamente, siempre les queda la esperanza, sin embargo, a los que la sentimos siempre, solo nos queda la desesperación.

No hay comentarios: