lunes, 26 de enero de 2009

CICLOGENESIS Y LAS MADRES

Hace un mes habíamos organizado mis amigas y yo un fin de semana fuera de casa, lo típico; descansar, ir de compras, masajito en un balneario ,un mucho de risoterapia y un buen tazón de chocolate con churros. Llevábamos todo el mes sobresaltadas con el tiempo ,no queríamos que las inclemencias arruinaran nuestro viaje, fuimos sorteando nevadas ,lluvias torrenciales ,fríos invernales y etc. La semana se presentó con un anuncio de temporal y bajada de temperaturas, algo con lo que podíamos contar. Llegó el 23, viernes y en nuestro vocabulario se introdujo la palabra ciclogénesis y de apellido Explosiva que dicen suele tener efectos devastadores similares a los de un ciclón tropical. Como somos un poco inconscientes y muy decididas escuchábamos las alarmantes noticias con el amarre de barcos, la prohibición de aparcar cerca del mar, suspensión de todo el deporte infantil etc… todo ello mientras el viento ululaba y chocaba contra las persianas. Fue una noche larga la que iba al 24, relámpagos, truenos ,niños sin dormir porque oían el galopar de los caballos sobre sus cabezas y a las 5 de la mañana se clareo y retumbo la casa por el fuego de una centella. El despertador sonó a la hora convenida aunque era imposible dormirse , nos vestimos y bajamos al punto de encuentro para montarnos en el coche. Íbamos arrebujadas en nuestras pasminas, cual moras por no mojarnos y en el fondo evitar ser reconocidas. Nuestro saludo fue “ estamos como cabras” pero de ninguna salio la idea de desistir de nuestro viaje a Santander. Atravesamos carreteras de granizo,lluvias de viento racheado, desviaciones por inundaciones ,carreteras cortadas por troncos y con el ultimo disco de los chichos a tope, llegamos a nuestro destino sin contratiempo. Allí a ratos salía un sol frió, y el mar furioso nos ofrecía una estampa preciosa. El fin de semana fue un éxito, pero no debían pensar lo mismo nuestras madres, aun siendo mujeres de más de 40 con pareja e hijos ,nuestro miedo no era el Ciclogénesis sino la reacción de nuestras madres, yo opte por no decirle a mi madre que salía otras intentaron inútilmente abortar nuestro viaje con suplicas, otras fueron engañadas con una salida a un mitin cerquita , otras ni se enteraron hasta que llegamos, otras idearon atracciones maléficas. Terminado nuestro viaje lo peor ha sido enfrentarnos a ELLAS y su reacción ha sido la esperada, menos la mía que aun temo llamarle por teléfono por no oír su bronca. Y como tememos a nuestras madres más que a una tormenta tropical ,igual que el águila extendemos nuestras alas y usamos la tormenta para levantarnos mas alto y esperar sobre ella hasta que el tiempo escampe o (nuestras madres olviden el viajecito)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

PERFECTA Y SAGAZ AUTOCRÍTICA. ENHORABUENA

Redina dijo...

uuuyyyyyy!!! tú llama,llama... jijiji

Anónimo dijo...

Un poco "loca" ya sabemos que estais...si.
En el fondo el peligro hace subir la adrenalina y sentirse un poco mas vivo......
Un bico.