lunes, 23 de abril de 2018

23 de abril San Jordi ,un libro y una flor

   Fue un matrimonio sin amor, una mujer incapaz de amar, que tan solo extraño a su marido cuando  éste abandono este mundo a consecuencia de un infarto, cansado tal vez de soledad e incomprensión ,un caluroso día 20 de Agosto y a causa de sus excesos . No porque echaba  de menos los abrazos o gestos de cariño de su marido, sino;  porque le dolía más la soledad que el recuerdo de aquellas noches cuando llegaba a casa  con  unos tragos de más y levantaba su mano sobre ella.

El; sin embargo se identificaba con ese padre que clamaba el cariño de una esposa fría y dura que nunca supo amarlo. A pesar de tener marcado muy dentro aquel día que un tortazo de su padre le ahorró uno  a su madre, cuando él se interpuso.

Así se veía él después de su propia experiencia matrimonial. Las circunstancias y el ambiente que nos rodea desde la infancia tienen una clara influencia sobre nosotros, pero al final nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos

Conocía pocos matrimonios felices,  era incapaz de verlos .El suyo no  lo  fue, se había enamorado de una mujer separada  y con un hijo de seis años cuyo  marido había desaparecido después de maltratarla.
Y al final de dos años ocurrió que apareció un repartidor de refrescos, calvo, separado y con una hija de una mujer que le había abandonado por otra mujer.
y al mes de separarse la mujer de Roberto ya estaba embarazada del repartidor de gaseosas. Dos años que quería no recordar, que le habían sangrado económicamente y de los cuales solo había sacado un aparato de televisión pequeño, que por cierto; su hermana mayor Lola se había encargado de recoger en usufructo.
 Pero él estaba decidido  a recuperar el tiempo perdido y resarcirse comprando una televisión plana de 21 pulgadas, con la cual veía muy grande los partidos y que portaba como  un trofeo y que le había  permitido junto a un aparato de esos que permiten sintonizar todos los canales ver el último mundial.





No hay comentarios: