sábado, 25 de abril de 2015

Cena para tres


Acabo de llegar de una cena para tres. Una cena con mi primera amiga de colegio, Amaia ,nos sentaron el primer día una enfrente de la otra  y ya hace de eso 45 años ,en clase de la señorita Elena. Jamás hubo entre nosotras un enfado ,un chillido ,un insulto,todo lo contrario ,ella tan lista e inteligente tiraba  de mí,me explicaba con paciencia infinita las matemáticas y el inglés. Hemos compartido pupitre año tras año, aventuras y desventuras.Y el regalo de mi boda fue para ella.
Nos debíamos una cena desde hace años ,aunque nunca olvidamos nuestros cumpleaños,vivimos en el mismo pueblo y para comunicarnos nos washapeamos,no necesitamos vernos cada día ,ni cada semana,ni cada mes ,para mantener el hilo que nos une.
Hoy nos acompañaba su hija Leire, una niña encantadora de 16 años,madura y bella.Ha sido una cena de mujeres ,Leire ha sido una más ,hemos hablado de cosas de la vida,de hombres,de mujeres y entre patatas bravas,foie fresco,cebolla caramelizada y pimientos frito,le hemos contado nuestra vida a una niña que se interesaba en saber del pasado de su madre,cosas que ella no le ha contado , simplemente porque no tiene mi memoria.
Se ha reído y ha descubierto cosas de su madre que no hubiera imaginado ,ha visto los 4 años de su madre,los 16 no tan diferente de los suyos.
Hemos hecho unos hijos muy bien construidos,más o menos vaguetes ,pero integros, con visiones parecidas de la vida,con valores morales que es raro encontrar en los jóvenes de hoy.A pesar de no haberlos criado juntas ,tienen características muy comunes entre los 4,su forma de ver la vida y sus relaciones humanas,debe ser porque las dos crecimos a la vez y al estar tan juntas fuimos forjando una visión de la vida que hemos transmitido a nuestros hijos.
Una cena que debemos repetir a ver si la próxima vez somos 6.
Que afortunada soy de tener estas amigas.

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