sábado, 26 de enero de 2013

He abierto el libro,
desteñida la página señalada,
con el daño entre los dedos,
marcado por el tiempo,
agujeritos del alma.
... Y he vuelto a leer la página,
por un verso olvidado,
pasión constreñida,
en un tallo duro,
y disecado, plano
con sus brotes secos,
sus hojas disecadas,
entre hojas de peródico,
y piedras de gambro y granito.
Sus espinas clavadas.
Estuvieron en mi mano,
y hoy vuelvo a ver la rosa,
mal disecada, que manchó mi verso,
y alimentó mi alma.

D.M-C

No hay comentarios: