Esta noche tejí nuestra
manta de recuerdos,
la fui cosiendo poco a poco ,
hilvané los minutos y
las horas,
que se llenaron de momentos y miradas.
A pareció mi sonrisa cada mañana
cuando sentía tu ojos a mis espaldas.
Busqué los poemas y no
estaban
¿ dónde los guardas?.
Con una aguja trence los paisajes recorridos,
los pueblos y mares que vivimos.
Volví a
mirarlos y
! no los encuentro ¡¡no los encuentro!.
No están los folios que escribimos ,
no está la comida que
compartimos,
no aparecen los besos y caricias,
no están nuestros secretos ,
yo
las tejí y no están .
Los hile sobre tu cama, y ¡no los encuentro!
¿ dónde
escondiste tus pensamientos?,
los tejo ,los coso, los punteo ,los hilvano y..
la
manta se vacía de sentimientos.
La hice para ti , y ahora ya no está.
–no está
la manta sobre tu cama.
No está en el dedo del tiempo .
¡no está! Ahora ¡ ya no
está ¡.
Volveré hacerte otra
manta,
volveré a tejerte otra caricia ,
la hare con otro vuelo ,
-otra sonrisa y
¿sabes?
No te la entregare,
no dejare
que la guardes en ese rincón oscuro,
donde
guardas los sentimientos,
donde la memoria llora en silencio.
No ¡no te la
dejare!.
La guardare en otro lugar
donde no se retengan los
pensamientos,
donde los recuerdos sean libres y nos alimenten,
donde la
memoria nos reconozca en cada minuto,
en cada hora, donde sepamos quienes
somos.
La depositare en mis ojos y
colocaré una escalera infinita y
¿ Quién
sabe? Tal vez ,la encuentres un amanecer,
cuando sepas donde habita el amor.
2 comentarios:
Donde habite el olvido
Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.
Precioso e intenso .Luis Cernuda
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